Tras el largo verano, el invierno se acerca a los Siete Reinos. Lord
Eddard Stark, señor de Invernalia, deja sus dominios para unirse a la
corte de su amigo el rey Robert Baratheon, llamado el Usurpador, hombre
díscolo y otrora guerrero audaz cuyas mayores aficiones son comer, beber
y engendrar bastardos. Eddard Stark ocupará el cargo de Mano del Rey e
intentará desentrañar una maraña de intrigas que pondrá en peligro su
vida y la de todos los suyos.
Un cometa del color de la sangre hiende el cielo, cargado de malos
augurios. Y hay razones sobradas para pensar así: los Siete Reinos se
ven sacudidos por las luchas intestinas entre los nobles por la sucesión
al Trono de Hierro. En la otra orilla del mar Angosto, la princesa
Daenerys Targaryen conduce a su pueblo de jinetes salvajes a través del
desierto. Y en los páramos helados del norte, más allá del Muro, un
ejército implacable avanza hacia un territorio asolado por el caos y las
guerras fratricidas.
Las huestes de los fugaces reyes de Poniente, descompuestas en hordas,
asuelan y esquilman una tierra castigada por la guerra e indefensa ante
un invierno que se anuncia inusitadamente crudo. Las alianzas nacen y se
desvanecen como volutas de humo bajo el viento helado del Norte. Ajena a
las intrigas palaciegas e ignorante del auténtico peligro en ciernes,
la Guardia de la Noche se ve desbordada por los salvajes. Y al otro lado
del mundo, Daenerys Targaryen intenta reclutar en las Ciudades Libres
un ejército con el que desembarcar en su tierra. Martin hace que lo
imposible parezca sencillo.
Mientras los vientos del otoño desnudan los árboles, las últimas
cosechas se pudren en los pocos campos que no han sido devastados por la
guerra, y por los ríos teñidos de rojo bajan cadáveres de todos los
blasones y estirpes. Y aunque casi todo Poniente yace extenuado, en
diversos rincones florecen nuevas e inquietantes intrigas que ansían
nutrirse de los despojos de un reino moribundo.
Daenerys Targaryen intenta mitigar el rastro de sangre y fuego que dejó
en las Ciudades Libres al erradicar la esclavitud en Meereen. Mientras,
un enano parricida, un príncipe de incógnito, un capitán implacable y un
enigmático caballero acuden a la llamada de los dragones desde el otro
lado del mar Angosto, ajenos al peligro que se cierne sobre el Norte, y
que solo las menguadas huestes de uno de los reyes en discordia y la
Guardia de la Noche se aprestan a afrontar.
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